GATO DEPREDADOR

Todos los gatos, incluso los más caseros, tienen instinto depredador, y si tienen la oportunidad de cazar, cazarán, ya sea por necesidad, como pasa en los gatos cimarrones, o por la mera emoción de la caza, en los gatos caseros bien alimentados. Cualquier animalito pequeño que se mueva por el suelo, como un ratón, será un firme candidato para ser cazado por el gato.
Los gatos cimarrones, para poder subsistir, necesitan buscar comida, lo que significa muchas veces tener que cazar, y por ello matar a otros animales (pequeños mamíferos, pájaros, reptiles) y competir con los demás carnívoros del lugar. En espacios naturales donde han sido introducidos, ya sea deliberadamente o por accidente, los gatos cimarrones ejercen cierta presión sobre la fauna autóctona, lo que puede causar en ocasiones un desequilibrio ecológico importante.

La existencia de los gatos cimarrones es el resultado de algo que el hombre ha hecho mal, sea por dejadez, irresponsabilidad o por decisiones equivocadas, porque siendo el gato cimarrón por definición animal doméstico lo natural sería que conviviera en compañía con nosotros, sus dueños, y no deambulando a su suerte por territorios inciertos con grave peligro para otros animales y, en fin, con grave peligro para él mismo.

Los gatos cimarrones de las áreas urbanas frecuentemente son alimentados por muchas personas, algunas entusiastas de estas criaturas. Las colonias de gatos suelen generar una respuesta normalmente positiva por parte de la sociedad. Por consiguiente la acción depredadora la llevan a cabo los gatos cimarrones de las áreas rurales.
En general, en cuanto a la dieta, el gato cimarrón es generalista y oportunista.
Que sea generalista significa que no está especializado en un determinado tipo de presa, sino que depreda sobre una amplia variedad de animales. Aún así, si puede elegir, muestra preferencia por los mamíferos antes que por las aves.
En las Islas Canarias, en donde los gatos cimarrones han creado poblaciones estables, la dieta de estos felinos se compone principalmente de mamíferos introducidos en las islas (conejos y ratas), seguidos de aves, reptiles y hasta insectos (saltamontes y coleópteros). A los conejos los cazan en todos los hábitats. A las ratas en bosques húmedos, y a los ratones en matorrales abiertos. A las aves las consumen más en hábitats forestales, mientras que a los reptiles los depredan en espacios abiertos. Esta información ha sido obtenida gracias a los estudios realizados por el biólogo Félix Manuel Medina sobre el gato cimarrón en el archipiélago.
En Australia el gato cimarrón también se ha establecido exitosamente. Los gatos (juntamente con otros animales) llegaron con los primeros colonos europeos, y durante el siglo XIX se fueron dispersando por todo el territorio. En Australia el clima es duro, y el gato utiliza el fresco de la noche y de las primeras horas de la mañana para cazar. ¿Y qué caza? Principalmente conejos, otro animal traído por el ser humano que ha llegado a constituir una plaga en el lugar. De hecho, muchos gatos cimarrones australianos descienden de gatos que antaño fueron liberados expresamente para que cazaran conejos y así ejercer sobre ellos una especie de control biológico.
Además de conejos, el gato asilvestrado en Australia también captura otros animales: pequeños mamíferos, aves, reptiles, ranas e invertebrados.

Un gato cimarrón avanza por la vegetación en el Parque Natural de Collserola (Barcelona).
En ocasiones puede no ser fácil distinguir un auténtico gato cimarrón de un simple gato doméstico casero poco controlado por su dueño.
Un gato cimarrón de color negro
Este otro gato negro está buscando un ratón que se escondió bajo la gran roca

En general los gatos suelen emplear la misma táctica de caza, que consiste en sentarse sobre el rastro de una posible presa, y esperar. Cuando al fin la presa aparece, el gato se abalanza sobre ella. Si el gato está hambriento, o es un especialista en pájaros, su táctica será acechar (camuflado, por ejemplo entre la hierba alta), capturar y matar para lo cual realizará movimientos muy sigilosos hacia la presa hasta llegar lo suficientemente cerca de ella como para que el salto tenga bastantes posibilidades de éxito.



Seguidamente fotos de un bello ejemplar de gato  atigrado, que  es tal vez el manto mejor adaptado para llevar una vida asilvestrada en un entorno natural.