Un magnífico ejemplar de gato enteramente negro y ojos verdes
El gato, sea de la raza que sea, sólo tiene dos pigmentos que dan color a su pelaje, y uno de ellos es precisamente el negro, denominado eumelanina. El otro es el rojo, del que hablaré después.
El pigmento negro, diluido, da lugar a otras coloraciones como el azul (en realidad gris azulado).
Todos los ejemplares aquí fotografiados son gatos comunes o gatos europeos.
Para algunas personas existe en la mirada del gato negro una cierta belleza cautivante.
Aunque los gatos callejeros o asilvestrados negros son bastantes comunes, son escasos los ejemplares excelentes como el macho que aparece en estas siguientes fotos, de cuerpo fuerte y musculoso, y pelaje totalmente negro, de un lustroso negro azabache, sin ningún pelo blanco ni zonas rojizas
Por su color, desde tiempos antiguos el gato negro siempre ha impresionado al ser humano, y a veces le ha hecho protagonista de historías inverosímiles. En la época de la Inquisición se perseguían para matarlos a los gatos europeos negros por considerarlos encarnación del mal o porque se les asociaba con prácticas de brujería. Sin embargo hay que matizar que no todos los gatos europeos negros corrieron esa horrible suerte, pues algunos se salvaban: eran aquéllos que tenían el llamado "dedo de Dios" (o "marca del ángel"), es decir un mechón de pelos blancos (a veces se le llama "medallón") en el pecho, contrastando con el resto del (negro) pelaje. Se creía que, por lo que fuera, la divinidad había querido bendecir a esos gatos negros, tocándoles justo ahí, convirtiendo esos pelos negros (color de la oscuridad) en blancos (color de la inmaculada pureza), liberándolos así de los malos espíritus y de esta manera salvàndolos del destino fatal de sus congéneres enteramente negros.
A mí personalmente, me gustan más los gatos completamente negros, sin penachos de pelos blancos en ninguna parte. De hecho el auténtico gato negro no ha de presentar, por definición, manchas blancas, aunque sean pocas o sólo una, ya que en este caso hay razón para pensar que se trataría de un gato particolor.
Seguidamente, fotografías de bellos gatos negros
Ahora observemos la siguiente foto de un gato negro tomada en la sierra catalana de Collserola
Se aprecia un tono rojizo en su pelaje oscuro, ¿por qué? el motivo es su exposición a la fuerte luz solar. Este fenómeno les suele pasar a los gatos negros de las regiones más soleadas. La luz solar puede causar que los pelos negros se vuelvan rojizos; este cambio afecta a diferentes partes del pelo, pero generalmente la base del mismo sigue siendo negra. Para prevenir este problema, los gatos negros con pedigrí en algunos lugares suelen ser criados en interiores.
Una de las cosas que más fascinan de los gatos negros son sus luminosos ojos. El contraste entre la luminosidad de sus ojos y el negrísimo pelaje, sobretodo en algunos ejemplares, le confiere a este animal una excepcional belleza.
No existe ninguna vinculación entre el color de los ojos y el color del pelaje, si bien en algunos estándares de raza a veces se establece una (artificial) vinculación, tal como sucede por ejemplo en el persa chinchilla. Los gatos cimarrones carecen de pedigrí, muchos de ellos o casi todos ellos son mestizos, pueden presentar cualquier color, tanto en pelaje como en ojos, aunque curiosamente son frecuentes los que tienen los ojos verdes o con cierto tono verdoso; muchos ojos verdes pasan previamente por una primera etapa marrón o amarilla antes de adquirir el color de adulto.
En los ejemplares de arriba, los ojos son anaranjados, presentando por ello un fuerte contraste con el oscuro pelaje del manto.
EL GATO ROJO
El pigmento rojo que da color al pelaje de los gatos es la phaeomelanina. En rigor, no es rojo sino naranja. Si diluido da el color crema.
En los gatos rojos el gen agutí es menos efectivo que en los gatos de colores eumelanísticos (negro y sus diluidos), por eso la marca atigrada, o tabby, no llega a desaparecer en el animal, lo que significa que el gato rojo no es "sólido", es decir que no presenta un color homogéneo y uniforme, tal como se aprecia en las siguientes fotos:
En las fotos vistas de un bello gato rojo notamos que esas marcas atigradas, llamadas "marcas fantasma" por ser mucho menos intensas que las de los auténticos gatos tabby, aparecen sobretodo en la cara, patas y cola del animal.
Precisamente son las diferentes intensidad y extensión de las marcas tabby en el pelaje las que distinguen claramente un atigrado mackerel rojo de un auténtico gato uniforme rojo.
Seguidamente fotos de gato rojo, menos abundante que el común gato negro